La certeza de la sostenibilidad: Atlas Concorde cuenta con la certificación ISO 17889-1

En las últimas décadas, Atlas Concorde ha adoptado una estrategia destinada a reducir las emisiones nocivas y el consumo de energía y recursos naturales. Así, las constantes inversiones en innovaciones tecnológicas y la adopción de las mejores prácticas han disminuido el impacto medioambiental y social de los productos y procesos industriales, con la consiguiente mejora del bienestar de las personas dentro y fuera de la empresa. Con el fin de ofrecer a los arquitectos, diseñadores y usuarios finales una herramienta para evaluar la sostenibilidad de un material de construcción, la Cerámica Italiana promovió la creación de una norma internacional que define objetivamente los criterios de sostenibilidad de un azulejo.

La norma ISO 17889-1 "Sistemas de revestimiento cerámico - Sostenibilidad para baldosas cerámicas y materiales de instalación" es la primera norma mundial que mide objetivamente el impacto medioambiental, social y económico de las baldosas cerámicas. De hecho, se trata de un sistema que identifica 38 requisitos, 15 de ellos obligatorios y 23 voluntarios, que establecen un valor específico en comparación con valores de referencia. La norma analiza todo el ciclo de vida de las baldosas: selección y extracción de materias primas, procesos de producción industrial, embalaje, distribución y colocación, uso y eliminación final.

Un producto cerámico sólo puede certificarse y considerarse sostenible si cumple con los requisitos obligatorios y alcanza una puntuación mínima de 117,5 sobre 130, según los requisitos voluntarios.

Entre los factores que se tienen en cuenta, la norma ISO 17889-1 premia especialmente el uso de materias primas recicladas y reciclables y de recursos extraídos cerca del lugar de producción. Además, se exige una lista actualizada con todos los elementos que contiene el producto final y una declaración escrita de la política de responsabilidad social adoptada por los proveedores. A nivel de producción, se fomentan las prácticas de eficiencia y recuperación energética, la reducción del consumo de agua y la adopción de fuentes de energía renovables. Por último, la seguridad e higiene del entorno laboral son muy importantes para la certificación. Las empresas que deseen certificar la sostenibilidad de sus productos deben completar una autocertificación, siguiendo los mismos procedimientos que para otras certificaciones ISO. En una fase posterior, los organismos certificadores externos verifican la puntuación específica alcanzada por los distintos niveles de rendimiento y confirman la consecución de la norma ISO 17889-1.

Atlas Concorde fue una de las primeras empresas del sector cerámico en obtener la certificación ISO 17889-1 que confirma la alta sostenibilidad de sus productos.

Este logro confirma una vez más el compromiso constante de la empresa de equilibrar la eficiencia industrial, la protección del medio ambiente y el cuidado de las personas a lo largo de toda la cadena de suministro. Al fin y al cabo, la responsabilidad social siempre ha formado parte del modelo empresarial de Atlas Concorde. Desde su fundación en 1969, la empresa ha considerado el bienestar de los trabajadores y de la comunidad como un componente esencial de su negocio.

Actualmente, Atlas Concorde interviene en el proceso de producción para minimizar su impacto industrial. La fábrica de Fiorano Modenese ha logrado la autosuficiencia eléctrica gracias a un innovador cogenerador alimentado con gas metano que cubre el 100% de las necesidades eléctricas con una reducida emisión de CO2. Además, la adopción del sistema de depuración RTO (oxidador térmico regenerativo) ha permitido contener las emisiones de flúor y otros productos contaminantes y de mal olor muy por debajo de los límites establecidos por la normativa italiana y las mejores técnicas disponibles (BAT por sus siglas en inglés) vigentes en Europa. Para Atlas Concorde, la sostenibilidad medioambiental es también un componente fundamental de sus inversiones. La nueva planta de Finale Emilia dedicada a la producción de losas grandes, que se inaugurará en 2023, contará con una instalación fotovoltaica que puede generar hasta 3.850 MWh al año, reduciendo las emisiones de CO2 en aproximadamente 1.350 toneladas.