Gres porcelánico: duradero, fácil de limpiar y ningún mantenimiento.
La cocción prolongada a más de 1200° de una mezcla exclusiva de caolines y arcillas puras da a la porcelana una sinterización y compactación extraordinarias. Esto significa que su superficie no se mancha, no retiene la suciedad ni las bacterias y puede soportar casi todas las tensiones físicas y mecánicas del uso normal del suelo. Por esta razón, el gres porcelánico no requiere un mantenimiento especial y es duradero en todo tipo de aplicaciones interiores y exteriores.